Acosador de 63 años le desfiguró el rostro a una joven de 23 en Los Teques

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La joven de 23 años, quien es TSU en Enfermería, fue atacada con un arma blanca por Antonio Girón, de 63 años, el pasado 3 de enero en Los Teques. Le tomaron más de 40 puntos en su rostro y siete en su mano izquierda. Instó a las mujeres a denunciar cualquier tipo de violencia.

Acosador de 63 años le desfiguró el rostro a una joven de 23 en Los Teques

Cuando Isamar Velásquez se bajó de la camionetica sintió mareos y le dio mucho sueño. Cerró los ojos. Al levantar la mirada vio frente a ella al hombre que intentó matarla. Él la agarró, la tiró a un callejón y lo poco que ella recuerda es que le pateaba la cara.

Con sus manos intentaba protegerse la cara de los golpes. La cortó en la mano izquierda y aunque Isamar se dio cuenta no tenía dolor. Veía borroso. Recuperó el conocimiento al momento en que un señor le daba un pañuelo para que se protegiera la cara, le dijo la habían cortado. Ella le dio el número de su mamá para que la llamara. No recuerda más nada.

25 días después de la agresión, y que su caso se viralizara en las redes sociales, accedió a hablar con Crónica Uno y relatar lo que vivió.

A Isamar la atacó Antonio Javier Girón Maica, un hombre de 62 años que la acosaba y dos meses antes la había amenazado de muerte por rechazarlo. Recuerda que una tarde la llamó la hija del hombre para pedirle que se reconciliara con su papá.

Ella me dijo que yo era esposa de su papá y le aclaré que yo no tenía ningún tipo de relación con él, que él me acosaba. Ella me dijo que me apoyaba si yo quería denunciarlo y le dije que sí lo haría. Al rato el señor Antonio me escribió molesto porque supuestamente no me acosaba, contó la joven, quien es técnico superior en Enfermería y actualmente estudia la licenciatura.

Isamar conoció a su atacante en una frutería en el centro de Los Teques, hace un año y ocho meses. Una tarde llegó a su casa, en el sector Altos de Cabotaje, con una foto de ella. No le había dado su dirección, ella tampoco conocía mucha información de él, más que su nombre.

Me estaba buscando en mi casa y yo le respondí que él no buscaba a ninguna presa para que estuviera con mi foto por ahí. A los días me escribió, me dijo que había conseguido mi número y que quería casarse conmigo. Yo lo rechacé. Al tiempo comenzó a aparecer por mi casa y si me vía hablando con alguien lo paraba para preguntarle qué era de mí”.

En algunas oportunidades la joven se lo encontró en la parada de las camioneticas, muchas veces lo ignoró y siguió su camino. Cuando la amenazó de muerte Isamar recuerda que lo vio en la parada y le dijo que iba a subir a su casa y la iba a matar. “Yo me monté en la camioneta sin responderle y me fui al trabajo”.

El día del ataque la joven, de 23 años, regresaba de su trabajo en un call center en Los Teques, estado Miranda, el 3 de enero a las 4:40 p. m.

Cuando Isamar recuperó el conocimiento ya estaba en el Hospital Victorino Santaella, los doctores le iban a suturar el rostro. Su familia le contó que su papá y su tío la trasladaron en un taxi hasta el centro asistencial, aunque ella no lo recuerda.


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