La actitud de los aficionados de Carabobo FC, en el partido de ida de la ronda previa de Copa Libertadores ante Atlético Mineiro en el Estadio Olímpico de la UCV de Caracas le costó caro al equipo granate.
Bien es sabido que el racismo es una conducta con la que la Confederación Sudamerica de Fútbol, como organismo adscrito a la FIFA, ha tenido mano dura en los últimos años por medio de sanciones económicas y disciplinarias contra aquellas instituciones que se han encontrado involucradas en dichos actos.
Es por esto que la CONMEBOL emitió una resolución en la que castigaba al equipo centro-occidental con una multa de cien mil dólares americanos (US$ 100.000) por los cánticos y gritos racistas de la barra granate en Caracas y, en caso de repetirse dicha situación en competencias CONMEBOL, el ente rector del fútbol sudamericano tomará medidas más severas.
Para clubes de renombre en la región, este castigo no es tan grave. Sin embargo, para un equipo de la Liga FUTVE, cuyos ingresos son generados en mayoría por los premios de competiciones disputadas, este monto es complicado de pagar, ya que representa la quinta parte de la bonificación económica otorgada por jugar la fase previa de la Copa Libertadores.
El club tendrá un plazo de siete días para apelar la sanción ante la Corte de Apelaciones, proceso por el que deberá pagar un arancel de tres mil dólares americanos (US$ 3.000) con la finalidad de defenderse e intentar reducir la multa económica.
Después de los sucesos, el equipo de comunicaciones del Carabobo FC emitió un comunicado donde repudiaba el racismo. Sin embargo, no dio explicación sobre las medidas que se iban a tomar contra los sujetos implicados en el caso.
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