El relato de la tragedia ocurrida el pasado domingo 11 de julio, durante la construcción de un pozo de agua artesanal al norte de Maracaibo, publicada en exclusiva por NAD, se tornó aún más dramático al conocerse que un hombre dio su vida para salvar a su hijo.
José Luis Fernández González, de 51 años, había sido contratado para hacer una excavación y conseguir agua en una casa alojada en la urbanización San Jacinto . Para la tarea se llevó a su menor hijo y a uno de sus primos.
Según testimonios de testigos, estas tres personas, quienes habitan en Ziruma, cavaron una fosa y para ello utilizaron un largo tubo que serviría como mecha. La longitud del tubo y la fuerte brisa, les hizo una mala jugada. Cerca de donde se encontraban haciendo el pozo, se encontraba un tendido eléctrico de alta tensión.
En plena labor, un fuerte viento movió el tubo e hizo que hiciera contacto con las guayas de alta tensión. En segundos, la electricidad invadió todo el espacio laboral y Fernández sintió la fuerte corriente. Pero tuvo tiempo de apartar a su hijo del peligro dándole un puntapié. El adolescente, pese a recibir siempre un corrientazo, no murió.
Igual mala suerte corrió al primo de José Luis Fernández, cuando intentó salvarlo. La electricidad lo lanzó varios metros. Las tres víctimas rápidamente fueron llevadas al Hospital Adolfo Pons, pero Luis llegó sin vida. En tanto que sus dos familiares, permanecen aún en el centro de salud en delicado estado.
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