El sueño del padre Chucho, quien también es exorcista: “Quiero ser santo”

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El padre Chucho, destapó su corazón y contó que se convirtió en “abuelito”. Además, dejó sentada su posición sobre la pederastia en la Iglesia católica.

Jesús Hernán Orjuela, más conocido como el padre Chucho, abrió su corazón en entrevista con Los Informantes, de Caracol Televisión. Habló de sus sueños y hasta del deseo que tenía de ser papá.

El padre Chucho cuenta con tantos seguidores como detractores y sobre él se han escuchado infinidad de historias. Han dicho, entre otras, que tiene el poder de sanar, que tiene novia, que tiene hijos, que reniega de los votos de pobreza y que ha intentado exorcizar hasta la Casa de Nariño, pero él deja de lado esto afirmando certeramente que lo mejor de su fama “es poder llevar el amor de Dios”.

Aunque soñaba con ser papá, su destino en la Iglesia estaba casi que asegurado, pues en cada generación de su familia siempre hubo sacerdotes. “Yo me veía siendo papá y me soñaba en una profesión sirviendo”, confesó.

Inicialmente, cuenta, llegó al seminario porque su mamá quiso llevarlo y entró por “pura rosca”, pero terminó totalmente comprometido con Dios. Ya hasta se volvió exorcista, por elección de papa y el obispo, que consideraron que cumplía con las indicaciones del Código de Derecho Canónico.

“Yo soy el exorcista de la diócesis, pero también desde hace un par de años, por la gracia de Dios, por la rosca del cielo, he sido también nombrado socio y miembro en esta asociación internacional”, subrayó.

Al ser cuestionado sobre lo que se ve en las películas como un exorcismo, el padre Chucho fue claro en destacar que “yo creo que duele más en la vida real”.

Asimismo, el padre Chucho aclaró que son sus sobrinos los que lo llaman papá y, de hecho, uno de ellos ya lo hizo “abuelito”.

Acerca de la pederastia en la Iglesia católica, su posición es clara: “No logro entender cómo hombres se escondieron en Dios para hacerle daño a los niños, ahí sí me falta el abrazo de misericordia, yo creo que la ley tiene que ser cadena perpetua”.

El padre Chucho también hizo énfasis en que el único sueño que tiene, y “es un poquito complicado de cumplir”, es ser santo. “Quiero ser ese hombre bueno y santo y si quiero ser santo es porque los que estén a mi lado quiero que lleguen conmigo a donde Dios nos quiere llevar”, puntualizó.

Los 14 de cada mes ofrece una misa por los enfermos en el Santuario Diocesano de la Divina Misericordia, a la que asisten decenas de personas, lloran y gritan aleluya, pero el mensaje del padre Chucho a sus seguidores es uno solo: “no busquemos milagros, mejor busquemos al Señor de los Milagros y, si nos quedamos con el Señor, nos quedamos con todo”.


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