Joven murió al lanzarse de un taxi en movimiento: Al parecer el conductor no la dejaba bajar

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Su pareja, con quien tuvo el último contacto antes de fallecer, contó detalles del lamentable caso.

Lidia Gabriela Gómez, estudiante universitaria de 23 años, falleció el pasado martes tras lanzarse de un taxi en movimiento en Iztapalapa, Ciudad de México. Ocurrió luego de que el conductor no le permitiera bajar en su destino, según medios mexicanos.

Diego Maldonado, primo hermano de la víctima, relató que ella se dirigía a la estación «Constitución de 1917, pero no llegó a su destino. Se tenía que bajar en el Metro, pero el conductor siguió derecho y siguió muy muy fuerte, no se detuvo».

En correspondencia con algunos testigos que, por medio de redes sociales, compartieron lo que observaron, Lidia estaba con la mitad del cuerpo fuera de la ventana, pidiendo ayuda y, en medio de la desesperación, se lanzó del auto antes de que lograran auxiliarla.

Por el momento, están investigando qué pudo haber pasado dentro del vehículo. El conductor siguió su camino.

¿Qué dicen las autoridades?

La Fiscalía de la Ciudad de México, comentó que investiga el hecho con protocolo de feminicidio, recopilando entrevistas con posibles testigos y analizando las cámaras de videovigilancia para hacer seguimiento a la ruta del taxi.

El relato de su pareja

Su novio, Alexis Pérez, en diálogo con la periodista Azucena Uresti, relató que la joven le comentó que el taxista tomó otra ruta que ella nunca tomaba, «una ruta que te aleja del destino». Por lo que al salir del trabajo y ver que Lidia no le había respondido sus mensajes se preocupó: «Le marqué y no respondía. Me comencé a preocupar».

Luego, el joven recordó que tenía una aplicación en el celular para ver la ubicación de sus familiares: «me pareció extraño ver que estaba a 100 metros del metro Constitución. Le marqué a mi papá para contarle la situación y pedirle que acudiera a la zona».

Una vez llegaron al lugar, el padre y la madre de Pérez, observaron muchas patrullas e incluso ambulancias. Cuando el joven, al teléfono, oyó el llanto de su mamá supo que lo peor había ocurrido.