La cola convertida en lamento, el lamento convertido en canción, la canción convertida en protesta, que podrá ser vehemente ante el abuso hecho sistema. Aquí nadie se «acostumbra«. No es «Tik Tok«. La bomba (no la de gasolina, la de malestar) como suena es: tic tac… tic tac…
La cola convertida en lamento, los venezolanos ya no aguantan tantas amanecidas en las colas tratando de conseguir gasolina, que cada día se les hace más difícil.
El lamento convertido en canción, con el ingenio del venezolano y el tiempo de ocio mientras esperan el ansiado combustible, improvisa e inventan canciones, para de alguna forma hacer menos agónica la cola y desprenderse del estrés que la misma origina.
La canción convertida en protesta, buscando la forma de expresar sus sentimientos, ante el abuso de los custodios responsable de la venta de la gasolina, describen en una canción el calvario que sufren tratando de lograr lo imposible, ya que las mafias conformadas por policías y militares tienen el control absoluto del preciado combustible con el cual hacen su negocio.
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