Llegan a Paraguaná pescadores desaparecidos y los reciben con alabanzas a Dios: “Estamos vivos, estamos vivos”

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Tras una larga travesía de días de viaje, un grupo de 5 pescadores que habían sido reportados como desaparecidos el pasado 21-Octubre, llegaron a Paraguaná, específicamente, a la población de El Supí (estado Falcón).

Las familias se habían enterado, el 27-Octubre, que los hombres estaban vivos, ya que recibieron una llamada del capitán de la embarcación.

Estamos vivos, estamos vivos, llama a todos en El Supí”, habría dicho el hombre, según reportó El Pitazo.

La noticia corrió rápidamente entre las viviendas y, como fieles a Dios, comenzaron a expresar su adoración, por medio de bailes y cantos de alabanzas. Un día después, llegó la camioneta en la que los hombres desaparecidos lograron volver desde Maicao (Colombia) hasta la Península de Paraguaná.

Gerswhin Gutiérrez, de 45 años de edad; Owverd Gutiérrez, de 51; Francisco Romero, de 60; y Eduardo Zavala y Juan Ramírez, de 62, fueron los pescadores que se lanzaron del vehículo para abrazar a la multitud de familiares que los esperaba entre alabanzas a Dios.

Los familiares de los ciudadanos notificaron, para el momento de su desaparición, que estos iban a bordo del peñero «Chellita», donde llevaban frutas y verduras a las islas Aruba y Curazao para comercializar hasta que se impuso el cierre de la frontera. Desde entonces, les tocó dedicarse a la pesca.

El barco fue dejado por los hombres en la orilla de Manaure, municipio Departamento de la Goajira (Colombia), donde habrían sido rescatados por un grupo de pescadores colombianos. Al parecer, los pescadores les habrían dado calzado, ropa e incluso alojamiento.

Así mismo, comentaron que, durante los 5 días que estuvieron naufragando, solo vieron agua. Cuando se acercaban a tierra firme, por el daño que sufrió el motor de la embarcación, volvían a alejarse. En las noches de tormenta, solo les quedaba dormir y, cuando se les terminaron los bollos y los huevos, comieron las serpientes que llevaron de carnada y que ya estaban descompuestas.

Aseguran que Dios nunca los abandonó y que les demostró estar con ellos al enviarles a los pescadores colombianos que los salvaron. Un familiar les habría prestado $100, con lo cual viajaron desde Maracaibo (Zulia) hasta Coro.


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