Los criminales a los que perseguían al parecer les tendieron una trampa. Según la investigación, se escondieron en una ferretería y los balearon a quemarropa.
La Policía Metropolitana de Bogotá y la comunidad de Bosa llora la pérdida del subintendente José Alirio Sánchez Ojeda (35 años) y del patrullero Gustavo David Bohórquez Canchila (22 años), asesinados a sangre fría cuando atendían un requerimiento hacia las 3:30 de la tarde de este 4-diciembre.
Las autoridades ofrecen hasta 200 millones de pesos, como recompensa a quien dé información del o los asesinos de los uniformados, ultimados en una ferretería del barrio Los Olivos, donde al parecer se escondieron los sospechosos.
Allí, los encerraron y les dispararon en reiteradas ocasiones, señalan las primeras hipótesis. Camino al hospital fallecieron.
Los habitantes del barrio Los Laureles, donde trabajaban los policías, se solidarizaron con la institución y encendieron velas para rechazar este vil acto.
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