La semana pasada, se anunció oficialmente que Miguel Cabrera regresaría a los Tigres de Detroit para la temporada 2023, para consternación de algunos aficionados y alegría de otros.
Los fanáticos que se alegraron de este anuncio piensan que debería salir en sus propios términos, mientras que el otro campo piensa que es una responsabilidad y un desperdicio de un lugar en el roster, ambos son argumentos sólidos.
Los Tigres de Detroit tendrán que construir un roster con un buen bateador para la próxima temporada. Tendrán que encontrar una manera de sacar el máximo provecho de la situación, y hay una manera de hacerlo.
A ellos les funcionó
Pero si los Tigres de Detroit quieren maximizar su producción, van a tener que utilizarlo como los Dodgers de Los Ángeles y los Cardenales de San Luis han hecho con Albert Pujols los dos últimos años. Ambos lo han utilizado como bateador zurdo fuera de la banca, o en un rol de emergente, y con gran éxito. Pujols encontró nueva vida en su carrera a la edad de 41 años (ahora 42).
Esto sería bueno por un par de razones. Uno, no estaría allí todos los días, lo que pondría menos tensión en su cuerpo. Disminuiría la posibilidad de que sus rodillas empiecen a fallar a mitad de temporada como este año.
En segundo lugar, permite una oportunidad para alguien ocupe ese puesto en la primera base o como designado mucho más tiempo y pueda enfrentarse a los diestros sin sacrificar un jugador de rol.
Esto requeriría, por supuesto, que Cabrera se tragara un poco su orgullo y aceptara un papel a tiempo parcial. Eso puede ser difícil para él, pero esa es una conversación que A.J. Hinch y Scott Harris deben tener con él, y esperemos que ya lo hayan hecho.
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