Murió en su casa y su cadáver fue encontrado tres años después “esquelético y momificado”

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Laura Winham sufría de graves enfermedades mentales y los servicios sociales no solo no la atendieron, sino que solo notaron su ausencia cuando su cadáver fue encontrado tres años después.

Laura Winham, una mujer que sufría de una grave enfermedad mental, murió en su casa y su cadáver fue encontrado tres años después. Ahora su familia ha entablado una demanda contra el sistema de seguridad de su país por dejarla “abandonada y a su suerte”.

El insólito caso ocurrió en una vivienda social de la localidad de Woking, en el condado de Surrey, en el Reino Unido, según lo revela el diario The Guardian, Laura Winham sufría de esquizofrenia, problemas de audición y para valerse por sí misma y se había distanciado de su familia.

El cadáver fue encontrado tres años después de su muerte por parientes y policías en mayo de 2021, en un estado “momificado y casi esquelético”.

De acuerdo con una demanda que presentó su familia contra el National Health Service, sistema de salud del Reino Unido, este fue negligente, pues no solo los responsables no actuaron frente a los claros signos de deterioro de salud de la mujer, sino que, al ella desaparecer, no hicieron ningún esfuerzo para ubicarla o saber qué había sucedido con ella.

Esto, según sus allegados, permitió que el cadáver fuera encontrado solo tres años después.

«Todos los que estuvieron en contacto con Laura y tenían un deber con ella en algún momento simplemente se limpiaron las manos y la olvidaron. Fue abandonada y la dejaron morir», dijo su hermana Nicky.

Su familia describió cómo Laura Winham había superado la discapacidad física, la sordera, los problemas cardíacos y problemas de salud mental durante la adolescencia para tener un buen desempeño en la escuela y graduarse de la universidad. Había sido sociable y tenía amigos hasta que su salud mental empeoró drásticamente.

Se volvió más errática, empezó a escuchar voces y a experimentar alucinaciones, lo que la llevó a rechazar a su familia. Durante los años siguientes se distanciaron casi por completo de ella.

Se cree que la mujer murió en noviembre de 2017, tan solo semanas después de que policías visitaran su casa por un incidente menor y reportaran el estado de negligencia en el que vivía. No tenía comida o acceso a servicios básicos.

A pesar de que el informe de la Policía confirmaba que su servicio de teléfono había sido cortado, los trabajadores sociales la llamaron por este medio, pero no fueron hasta su residencia. El caso fue cerrado.

En 2016, el departamento de Pensiones le escribió en varias oportunidades que su subsidio estaba terminando y que debía aplicar nuevamente por este. Cuando ella no respondió, el subsidio fue cortado, pero tampoco se verificó su condición.

En 2014, un miembro de la asociación de vivienda social había escrito a los encargados de salud mental del condado para describir que la mujer sufría de enfermedades mentales que al parecer no estaban siendo tratadas y que “se veía demasiado delgada”. Tampoco nadie respondió al informe.

Solo hasta 2021, cuando su familia intentó visitarla para contarle que su padre había muerto, fue que se prendieron las alarmas. Su hermano “echó un vistazo” por la ranura para la correspondencia y vio un pie.

La Policía entró a la fuerza y encontró una pila de cartas y recibos. Su cadáver fue encontrado tres años después , pues anotaciones en el calendario se habían detenido el 17 de noviembre de 2017, poco después de haber escrito: “Necesito ayuda”.


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