Niña en Turquía, atrapada 17 horas en los escombros, protegió con su brazo la cabeza de su hermanito

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Los pequeños pudieron ser rescatados con vida, pero la esperanza de hallar a más sobrevivientes entre las ruinas que dejó el terremoto en Turquía y Siria se está acabando.

Los equipos de rescate en Turquía y Siria enfrentan el miércoles horas «cruciales» para hallar supervivientes entre los escombros del terremoto, cuyo balance ya supera los 9.500 muertos entre ambos países.

Una de las historias que brinda esperanza entre tanto dolor es la de una niña de 7 años, atrapada entre dos bloques de cemento, que con su brazo protegió la cabeza de su hermanito durante 17 horas hasta que pudieron rescatarlos con vida.

La impactante imagen fue compartida por el representante de Naciones Unidas Mohamad Safa.

El escritor Shahnawaz Irmaq compartió luego una imagen de los hermanitos ya puestos a salvo. No obstante, de su familia no hay noticias.

En medio del frío y la devastación, los socorristas, auxiliados por los primeros equipos de emergencia llegados de otros países, luchan contra el reloj para encontrar personas con vida tras el terremoto de magnitud 7,8, con epicentro en el sureste de Turquía.

La imagen esperanzadora de una recién nacida rescatada viva de entre los escombros en Siria contrasta con la desolación de un padre en Turquía que sujeta la mano de su difunta hija atrapada entre dos bloques de hormigón.

El ministro turco de Interior advirtió que las próximas 48 horas iban a ser «cruciales» para encontrar supervivientes del sismo, que llevó a Ankara a decretar siete días de luto nacional.

En total, el número de fallecidos superó el miércoles las 9.500 personas.

Turquía registró 6.957 muertos, según el más reciente balance de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).

En Siria se registraron en total 2.547 muertos: 1.250 en las zonas controladas por el gobierno, según el ministro de Salud Hassan Ghabbash, y 1.297 en las zonas rebeldes, según los Cascos Blancos.

En Siria, el saldo debe «subir considerablemente porque cientos de personas siguen atrapadas bajo los escombros», indicaron los Cascos Blancos (voluntarios de protección civil) de las zonas rebeldes.

Se trata del peor terremoto que ha vivido Turquía desde 1999, cuando una sacudida mató a 17.000 personas, un millar de ellas en Estambul.


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