El destituido presidente de Perú Pedro Castillo fue trasladado la noche de este miércoles a la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía Nacional, en donde se encuentra preso el expresidente Alberto Fuijimori, quien cumple su condena de 25 años de cárcel, mientras es procesado por rebelión y conspiración.
Según lo reseñado por el diario La República, Castillo fue capturado por sus escoltas «en flagrancia» huyendo con su familia del Palacio de Gobierno en dirección a la Embajada de México.
La camioneta donde iba Castillo fue interceptada a la altura del cruce de las avenidas Garcilaso de la Vega y España. En su vehículo lo acompañaban su esposa Lilia Paredes, su hija y el ex primer ministro Aníbal Torres.
Asimismo se conoció que un ciudadano irrumpió la marcha presidencial atravesando su auto en plena avenida, y de esa manera Castillo no pudo huir de la justicia.
Después de permanecer varias horas detenido en la Prefectura de Lima, Castillo fue conducido en medio de un fuerte resguardo a un cuartel policial en el distrito del Rímac para abordar un helicóptero que lo llevó al penal de Barbadillo, como se conoce a la prisión policial ubicada en la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes).
En contexto
Con 101 votos a favor el Congreso de Perú destituyó de su cargo como presidente de la República a Pedro Castillo, tras haber anunciado la disolución del Parlamento y declarar un toque de queda en esa nación.
Los legisladores declararon la sucesión para que la vicepresidenta Dina Boluarte asuma la Presidencia de Perú.
La moción del Parlamento tuvo 6 votos en contra y 10 abstenciones.
Más temprano, el mandatario tomó la decisión de cerrar el Congreso de la República e instaurar un “gobierno de excepción”.
Castillo además decretó el toque de queda a nivel nacional a partir de este miércoles 7 de diciembre, desde las 22 horas hasta las 4 horas del día siguiente. También declaró en reorganización el sistema de justicia: el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional.
Luego de abandonar la sede de Palacio de Gobierno, se informó que está detenido en la Séptima Región Policial de Lima.
LA FAMILIA CORRUPTA:
Ya desde candidato, lo de Pedro Castillo no pintaba bien. Mostraba sin vergüenza su ignorancia en temas básicos como la economía, se disfrazaba de hombre humilde con su sombrero de paja para recordar sus orígenes rurales y adoptó el clásico discurso de izquierda radical -simpatizaba con Sendero Luminoso- que prometía acabar con la pobreza, la injusticia y todo el eterno bla bla bla de los populistas que aspiran engañar a los votantes con los mismos cantos de sirena de siempre.
Pero en solo año y medio, Castillo pasó de presidente a golpista y la prensa de Perú amaneció destapando, ahora con más ahínco, las irregularidades cometidas por su familia cercana. Aunque muchos sostienen que Castillo estaba detrás de todos los negocios corruptos que hicieron su esposa, sobrinos y cuñada, investigados por la Fiscal Anticorrupción mientras la justicia peruana decidirá si a raíz del golpe el ex presidente debe ser detenido y juzgado .
Hasta ahora, la fiscal Anticorrupción sostiene que Pedro Castillo es el líder de una presunta organización criminal que se habría «enquistado» en el poder desde 2021 con tentáculos en el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. «La Fiscalía investiga la posibilidad de que se hayan cometido varios delitos de corrupción en el que han sido incluidas la primera dama y su hermana, y en el cual el Ministerio Público indaga presuntas irregularidades en obras públicas».
Es decir, el clásico esquema de corrupción donde el poderoso asegura determinados contratos a empresarios a cambio de una buena tajada de dinero en su chequera. O peor aún, como ocurrió en el gobierno de Castillo, la familia presidencial obtuvo mucho dinero a través de la adjudicación de contratos millonarios mediante «licitaciones fraudulentas» a empresas «fachada» .
De acuerdo con un documento que obtuvo CNN, los fiscales sostienen que en el llamado caso Anguía la primera dama fue la “coordinadora” y su hermana, Yenifer Paredes, la “lobista”. Tan grave fue la participación de la cuñada del presidente en negocios sucios, que un juez ordenó su detención preventiva por 30 meses.
Pero fueron tres sobrinos de la Primera Dama los grandes protagonistas de la corrupción peruana. Según una empresaria sobornada, Karelim López, uno de ellos, Rudbel Oblitas Paredes, habría sido uno de los operadores del presidente para la asignación de contratos de Provías Nacional, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Gracias a su intervención, se concedieron 7 contratos por un total de 200 millones de dólares a las empresas China Civil Engineering Construction Corporation y China Railway Tunnel Group.
En noviembre , la Fiscalía solicitó su busqueda para que pudiera declarar como testigo contra el jefe de Estado por el presunto delito de organización criminal.
Oblitas Paredes tenía que testificar sobre los depósitos que se habrían realizado a David Paredes Navarro, hermano de la primera dama.
Que la lista de familiares involucrados suma y sigue, porque dos sobrinos del ex mandatario, Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez, están siendo solicitados por la justicia por su participación en los negocios turbios de Oblitas.
Ya fuera del poder, las acusaciones por corrupción contra Castillo y su familia llueven. De hecho, el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), reveló que el expresidente de la República sabía que sus sobrinos realizaban algunas operaciones para obtener sobornos dentro de su administración.
De acuerdo al exfuncionario, el sobrino Oblitas le solicitó dinero en efectivo para evitar la emisión de un reportaje y contratar a un asesor de inteligencia ruso. “Me pidió 100 mil soles porque dijo que tenía que arreglar un reportaje en un medio de comunicación donde le iban trapos sucios a sacar a su tío y que los necesitaba de manera urgente”, aseveró.
“Quería dinero para contratar un asesor de procedencia rusa con conocimiento en inteligencia que le iba a gestionar una donación de 30 millones de dólares y que cuando vengan esos 30 millones iban a devolver el medio millón de dólares. Eso me lo ha pedido, no un tercero, sino directamente ese señor”, también señaló.
Una mala telenovela latinoamericana fue la que han protagonizado esta familia. Como escribe el columnista peruano Iván Slocovich, «Por fin se acabó la pesadilla de Castillo. Se fue este sujeto que con toda seguridad, tendrá que pasar varios años en la sombra. ¿Lo vieron compareciendo ante la fiscal de la Nación, Patricia Benavides? Pobre tipo. Los peruanos estamos notificados del daño que trae al país votar por aventureros, ignorantes y aspirantes a “revolucionarios” que cargados de demagogia y vocación totalitaria, llegan a engañar a los peruanos más necesitados.»
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