Un niño sufrió abusos s3xu4l3s a manos de un sacerdote durante 10 años

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El sacerdote William Eduardo Alfonso Gómez, quien estaba encargado de la parroquia San Martín de Tours, en la localidad de San Cristóbal, aprovechó las dificultades económicas para abusar de un menor de 13 años, hijo de la mujer que había contratado para los servicios de aseo de la casa cural.

La víctima actualmente tiene 20 años y contó su historia detallando los abusos que sufrió a manos del hombre que fue aprehendido.

Todo comenzó cuando su madre quedó sin trabajo y buscó la ayuda del religioso quien le ofreció trabajo en la iglesia y en la casa cural, era 2010, y el niño acompañaba a su madre a sus labores luego de salir del colegio, lo que fue aprovechado por el sacerdote.

Según el relato de la víctima todo se tornó extraño cuando el religioso le comenzó a poner tareas en los lugares más apartados de la casa cural, como limpiar los objetos de la biblioteca, libros o porcelanas de su habitación personal.

Luego de varios meses comenzó a hacerle comentarios morbosos, a cambiarse de ropa delante de él e incluso le mostraba tatuajes que tenía en su cuerpo.

«Se cambiaba delante de mí, se quedaba en bóxer y me mostraba los tatuajes que tenía», explicó el joven.

Según el relato de la víctima, el sacerdote preguntaba por su ropa interior, cuestionaba temas de tendencia obscena, pero reconoce no haber sido capaz de comprender las intenciones del hombre, poco después llegó el momento en que «destrozó su vida».

«Vino el primer abuso. Ocurrió en la habitación de la casa cural. Me engañó diciéndome que subiera. Luego de eso, y a pesar de que me dijo que fuera a la misa, yo me fui de una vez para mi casa. No quería estar ahí, estaba confundido, tenía miedo, no sabía qué hacer», explicó.

El segundo abuso ocurrió cuando él menor le pidió a su madre que lo dejara ir a una serie de actividades de oración que el sacerdote tenía al norte de Bogotá, cuando regresaron, durante la madrugada volvió a atacarlo.

«Yo quería irme para otro cuarto, pero él me insistía. Luego yo me empecé a quedar dormido y cuando menos me di cuenta estaba encima mío. Pasé casi toda la noche en el baño, tenía dolor, sangraba», detalló.

El menor trató de negarse a los abusos, pero el sacerdote lo golpeaba y amenazaba con que su madre perdería el trabajo, además le decía que eso era lo que él quería y que no existe el abuso s3xu4l.

Por esta situación comenzó a refugiarse en la m4r1hu4na para soportar los sometimientos del sacerdote, su relación con su madre se tornó difícil y era visto como un joven rebelde, hasta que un día contó a sus primas lo que sucedía y lo convencieron de hacer las denuncias, en ese momento comenzó a pensar en cómo tener información para demostrar lo que sucedía.

Logró recopilar información gracias a un celular que el sacerdote le regaló y que había usado para ver con quién se comunicaba y para buscar en las redes sociales a otras posibles víctimas.

El 17 de febrero de 2020 interpuso la denuncia, y el 14 de febrero de 2021, casi un año después, Gómez fue detenido en el barrio San Benito, ese mismo día aceptó los cargos y fue llevado a la cárcel Modelo de Bogotá, condenado a 25 años de prisión.

La defensa del sacerdote y el representante de las víctimas apelaron la condena, por lo que el proceso sigue en trámite.