Un triste recuerdo: se cumplen 55 años del terremoto en Caracas

Los 35 segundos más largos de la historia caraqueña costaron la vida de más de 200 personas

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La noche del sábado 29 de julio de 1967, específicamente a las 8:05 de la noche, un fuerte terremoto sacudió a las ciudades de Caracas y La Guaira.

Un triste recuerdo: se cumplen 55 años del terremoto en Caracas

Con una magnitud de 6,6 en la escala de Richter, el fenómeno dejó más de 200 personas fallecidas, unos 2 mil heridos y perdidas materiales que rondan los 800 millones de dólares. Hoy, conmemoramos 55 años desde el lamentable hecho que cambió la historia del país y marcó el nacimiento de una generación que presenció los devastadores efectos de un acontecimiento sísmico.

El foco del terremoto se ubicó a 15,9 km de profundidad con epicentro al norte del litoral central. Afectó mayormente a las zonas de Altamira, Los Palos Grandes y Caraballeda. Tras presentarse el fenómeno, se registraron réplicas con menor magnitud.

Saldos de la tragedia

Como consecuencia de este evento, unas 80 mil personas quedaron sin hogar, seis edificios colapsaron, 40 edificios fueron declarados no habitables y 180 edificaciones sufrieron deterioros graves, algunos irreparables.

Tras pocos días de las celebraciones por los 400 años de la fundación de la ciudad capital, este sismo logró inutilizar los equipos de medición que se encontraban instalados en el Observatorio Naval Cagigal.

Aunque este fenómeno no fue de los mayores en cuanto a su magnitud e intensidad, es considerado uno de los más importantes por haber puesto a prueba a numerosos edificios modernos de diversas alturas, construidos en las últimas décadas.

Para ese entonces, en nuestro país los cuerpos de seguridad y de rescate no se encontraban preparados para enfrentar una catástrofe de tal magnitud, aunque fueron grandes los esfuerzos realizados para minimizar los daños y las víctimas, actuando acorde a la situación.

Una ciudad que se cayó

El terremoto de 1967 tuvo lugar en una Caracas moderna, en proceso de expansión. Según los registros de esa época, para el momento se estimaba que existían unos 100 mil ranchos, con una población que no alcanzaba las 500 mil personas. Esto representaba menos de un 30% del total de la población, que era de aproximadamente 1 millón 800 mil personas. 

Asimismo, el crecimiento urbanístico era uno de los aspectos que se exaltaba en la promoción de la fiesta cuatricentenaria. Caracas era presentada como «la ciudad más moderna de América Latina, dinámica, cosmopolita, vibrante, equilibrada. La que jamás deja de crecer y expandirse».

Pero el terremoto cambió toda la imagen que se percibía de la ciudad. Según los datos recabados por los investigadores, en Caracas cuatro edificios se vinieron abajo: el Palace Corvin, Neverí, Mijagual y San José, en las zonas de Altamira y Los Palos Grandes.

En el casco central y norte de la ciudad, se desplomaron algunas casas antiguas, de paredes de mampostería. Resultaron afectadas en total unas 500 viviendas en las zonas de El Manicomio, Lídice, La Pastora y San José

En el sur también hubo numerosas viviendas con daños, principalmente en Antímano, La Vega y El Valle. Se reportaron en esos sectores deslizamientos y derrumbes. Sobre los barrios, que señalan eran en su mayoría de uno o dos pisos, no hay mucha información con respecto a cuántas casas colapsaron, aunque se habló de «miles de viviendas» con muchos daños.

El milagro de la cruz

Aquel 29 de julio de 1967, en la Catedral de Caracas se oficiaba una misa. Debido al terremoto, los vitrales explotaron y la centenaria Cruz Pontifical que coronaba la cúpula del templo se desplomó mientras los feligreses huían hacia la Plaza Bolívar. La cruz se estrelló en el suelo, se rompió en pedazos y su silueta quedó grabada en el piso «como una quemadura de hierro«. Testimonios dicen que en ese momento la tierra dejó de temblar.

Durante muchos meses la marca de esta cruz en el pavimento fue venerada por los habitantes de la ciudad. Algunos, creyendo que se trataba de una especie de milagro, besaban la silueta o tiraban monedas alrededor, hasta que las autoridades removieron los restos de concreto.

Un recuerdo triste

Hoy, 55 años después, el terremoto de Caracas sigue entre las remembranzas de los venezolanos, un recuerdo triste. También está presente en muchos especialistas que temen y han advertido la probabilidad de un sismo con características similares.

«A raíz del terremoto de 1967 se actualizaron algunas normativas de diseño estructural y se profundizó el estudio de la amenaza sísmica en el país. Sin embargo, existen edificaciones, en especial las que se construyeron en los años 70 y décadas anteriores, que no cumplen con las normativas sísmicas vigentes actualmente. La tarea de evaluar la vulnerabilidad de edificaciones existentes y de emprender proyectos de readecuación sísmica en los casos que lo ameriten, es una tarea todavía pendiente», especifican muchos especialistas.


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