El niño colombiano Julián Andrés Rosales, con cáncer terminal, se reencontró con su papá en EEUU

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El padre logró conseguir una visa humanitaria para estar con su hijo Julián Andrés Rosales, a quien no veía hace casi 3 años. El pequeño salió a su encuentro a la entrada del hospital.

Por fin se dio el tan anhelado encuentro entre el niño Julián Andrés Rosales y su papá Andrés Fernando Rosales, quien obtuvo una visa humanitaria para volver a ver a su hijo de 11 años, a quien diagnosticaron recientemente con cáncer terminal.

El menor de edad batalla hace tres años con la enfermedad, pero hace poco le dijeron a su familia que esta había hecho metástasis en su cuerpo y no había algo por hacer.

El niño había viajado con su mamá a Estados Unidos hace un tiempo con la esperanza de encontrar una cura para el cáncer, pero poco fue lo que pudieron hacer los médicos.

Ahora se encuentra en un hospital de Miami recibiendo cuidados paliativos.

El esperado encuentro de Julián Andrés Rosales con su papá se dio gracias a la mediación del senador republicano Marco Rubio, quien ayudó a que le otorgaran una visa humanitaria al padre del niño.

El pequeño estaba tan ansioso que pidió que lo bajaran a la entrada del hospital para poder darle un abrazo a Andrés Fernando.

“Él siempre me dice ‘ánimo, papá’”, contó a CNN el padre de Julián Andrés Rosales tras el encuentro, en el que no pudo contener las lágrimas.

“Siempre me ha recibido con una sonrisa”, agregó.

“Cada día me sorprende mucho”, dijo sobre el niño, a quien le llevó como regalo un muñeco del Capitán América, el héroe favorito de ambos y que además le recuerda que su pequeño “es un guerrero”.

Tras ver a Julián Andrés Rosales, este angustiado padre expresó con tristeza que lo vio “más delicado, me preocupan los dolores que tiene”, pues ya no le hacen quimioterapia.

Para Andrés Fernando, “debería ser yo él que esté allá. Si estuviera en mis manos yo le daría mi vida, y me da rabia porque esto para mí, todo este esfuerzo, todo lo que he logrado es por él, y sentir que se me está yendo cada día es muy difícil”.

Con dolor afirma que Julián Andrés Rosales “siempre ha sido mi motor de vida, de hecho, es el amor de mi vida, conocí el verdadero amor con él. Es frustrante porque a pesar de que es un niño de 11 años me da aliento y me da fuerzas a mí”.


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