El trío golpea de nuevo: lluvias intensas, drenajes tapados y mala planificación urbana (Video)

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El tránsito de la Onda Tropical 41 sobre el territorio venezolano causó estragos en varias entidades del país. Diversos sectores del Área Metropolitana de Caracas sufrieron severas afectaciones luego de más de 12 horas continuas de lluvias el miércoles 5 de octubre, que se mantuvieron, con menor intensidad, parte del jueves 6. El viernes hubo chubascos dispersos a medida que la onda, convertida en depresión tropical, abandonaba el territorio nacional rumbo a la Guajira y Colombia.

El trío golpea de nuevo: lluvias intensas, drenajes tapados y mala planificación urbana

Como siempre, hubo desalojo de familias en zonas con viviendas vulnerables y de alto riesgo, deslizamientos, fallas eléctricas, caída de árboles y anegaciones de algunas zonas y vías de Caracas.

Las escaleras del sector Don Simón que conducen a la calle principal de Los Mangos en La Vega, se desplomaron luego de que el terreno cedió ante el agua de lluvia incesante que cayó casi toda la noche y parte del otro día (jueves). Como consecuencia, cuatro familias fueron desalojadas de sus viviendas. Un día después del derrumbe, autoridades municipales acudieron al lugar para coordinar, junto a los implicados, un plan para atender la emergencia de estas familias.

El mandatario, Nicolás Maduro, informó acerca de 25 familias de La Vega con viviendas afectadas que fueron trasladadas a un refugio. Informó que, en Caracas se registraron 106 incidencias (35 deslizamientos, 32 árboles caídos y 21 zonas con afectación en el servicio eléctrico).

Más tarde ese día, el vicepresidente sectorial de Seguridad Ciudadana y Paz, Remigio Ceballos Ichaso,  informó acerca de un fondo de emergencia disponible para gobernadores y alcaldes, que deban solventar requerimientos de viviendas, equipamientos y enseres para las familias afectadas.

En Petare, aunque el nivel del Río Guaire subió a niveles alarmantes, no se registraron desbordamientos. Funcionarios de Protección Civil del Municipio Sucre permanecieron alerta en puentes y puntos clave de la localidad. También hubo monitoreo del Guaire en Las Mercedes, donde el caudal se mostró elevado.

Varios habitantes de Petare expresaron  temor e inseguridad ante las lluvias, principalmente, comerciantes y propietarios de viviendas situadas al borde del río.  No obstante, algunos expresaron resignación ante las circunstancias.  «A veces, cuando el río ha crecido se me ha metido para el negocio. Me da miedo, pero qué vamos a hacer», dijo la dueña de bodega en el sector Jóvita.

Caudal del río Guaire el jueves 5 de octubre. FOTO Zulvyn Díaz

La Línea es uno de los 53 puntos de mayor vulnerabilidad dentro del municipio, según indicó un funcionario de Protección Civil que prefirió no ser identificado. Señala que «el sector se caracteriza por la superpoblación que tiene y las construcciones empíricas de viviendas con múltiples niveles. Muchas carecen de criterios técnicos para su construcción, tampoco cumplen con los requisitos para la construcción civil ni con los permisos de organismos  municipales».  Destaca que la mayoría no solicita los permisos, porque saben que no serán aprobados.

Como áreas de riesgo por anegaciones en el municipio, el funcionario consultado identifica al Distribuidor Santa Cecilia —donde está la comunidad y quebrada Agua de Maíz— el Distribuidor Lebrún, Parcelamiento Los Bomberos, el sector Escaleras Libertador y Paulo VI, por ser áreas cercanas al caudal del río.

«En cuanto a las zonas en riesgo  por deslizamientos, tenemos Terrazas del Morro, La Fénix, Zona 5 de José Félix Ribas, El Progreso, Turumo y la zona industrial del este». Detalla que estas zonas tienen «construcciones informales sin el debido estudio del suelo», lo que deriva en  movimiento de masa tras las precipitaciones.

Con relación a las labores del instituto en este municipio del estado Miranda, asegura que Protección Civil está calificado para la atención de todo tipo de emergencia (prehospitalaria, médica, de rescate y de gestión de riesgos y evaluación de daños. El funcionario puso  a la orden los números de contacto 911 o al  0212 624. 51. 61 y por el  0212 271.81.90, para cualquier emergencia.

Septiembre, el más lluvioso

El Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV)  reportó, el pasado 03 de octubre, un total de 156.9 mm de lluvia caída durante el mes de septiembre, superando el promedio mensual de 111, 2 mm, registrado en los últimos 73 años.  Debido a esto, el Departamento alertó sobre el aumento de la probabilidad de que se produzcan deslaves en el país, ante la saturación de los suelos por las intensas lluvias de las últimas semanas.

Para el exdirector nacional de Protección Civil  y experto en gestión de riesgos y administración de desastres Ángel Rangel, «en Venezuela no es necesario que se presenten fuertes precipitaciones para obstruir y anegar.  Los daños de  las lluvias recientes se deben, principalmente,  a la falta de planificación urbana que incorpore la ampliación de los sistemas de drenaje, construidos en la década del 50 y 60 , y de las infraestructuras necesarias para el  manejo, traslado y descarga final del agua.  Estos deben ser ampliados para acoplarse a las condiciones de crecimientos de la ciudades».

El experto identifica al conjunto de poblaciones y comunidades asentadas en sistemas montañosos (Catia, Antímano, Blandin y varias zonas de la carretera vieja hacia la Guaira), como otro elemento «sin atender» que contribuye a las emergencias por precipitaciones.

Rangel detalla que, las viviendas autoconstruida por la población, ante la precariedad de tantos años que les impide adquirir una casa, afectan los suelos con las talas y la falta de sistemas de drenajes. «Muchas viviendas son endebles y carecen de fortaleza para soportar vientos, lluvias y el empuje del agua alrededor».

Rangel resalta que esta situación no solo ocurre en zonas populares, superpobladas y de alto riesgo. «Aunque, ciertamente, tienen las peores condiciones socioeconómicas para reforzar la vivienda y construir con calidad, incluso para recuperarse de la emergencia y los desastres».  También ocurre en zonas donde se ha construido con ciertos parámetros, desde el punto de vista de la ingeniería, pero con limitaciones de drenajes que empeora con lluvias, como las ocurridas, y afectan la estabilidad de los suelos.  «Podemos ver caída de muros de contención en áreas de construcciones con criterios de ingeniería».

La mañana del pasado jueves 6 de octubre el muro de contención de una vivienda situada en la calle Casiquiare de la urbanización Colinas de Bello Monte, se desplomó  debido a la lluvia que cayó sobre la ciudad la noche miércoles y parte del jueves. También en La Tahona, en el municipio Baruta, se fue abajo un muro de contención y parte de la acera de una vivienda.

En cuanto a las recomendaciones para evitar futuros eventos de riesgos, Rangel considera que «debemos pasar de la política de Estado y conducta ciudadana reactiva a la preventiva y proactiva, para adelantarnos a eventos, que sabemos que se suceden cada año, casi con las mismas condiciones y lugares, y aún así, siempre estamos contando víctimas, daños materiales y afectaciones».  Resalta que la principal política de gestión de riesgo debe estar orientada a trabajar para el antes y no para el después, en materia de eventos vinculados a fenómenos naturales.

Macarao inundada, pero con sequía

Los habitantes de la parroquia Macarao, al oeste de la ciudad, ven con ironía el agua de la quebrada que corre por las calles debido a las lluvias, mientras que las tuberías de sus respectivas casas pasan hasta una semana sin que una gota salga por el grifo. Dos situaciones que esperan sean resueltas por las autoridades municipales con celeridad.

Francisco Oropeza, habitante de la calle real de la parroquia, describe cómo la crecida de la quebrada se desbordó por las lluvias y saltaba por encina del puente y la calle principal. «Nos hemos visto afectados por la crecida del río que tapó las dos bocas de visitas, debido a la falta de mantenimiento de los ductos, que ya llevan ocho años sin que se le haga ningún cariñito», asegura.

Destaca que «la pregunta que la mayoría nos hacemos es quién nos ayuda con esto. Es por eso que hacemos un llamado a alcaldesa Carmen Meléndez, a Hidrocapital y el resto de las autoridades pertinentes, para vengan aquí y conozcan nuestra realidad. Queremos que vengan con la maquinaria y el personal para limpiar la quebrada».

Con relación a la falta de agua,  Oropeza destaca que puede pasar hasta una semana sin agua y no todos allí tienen tanque. «Algunos van como puedes a comprar agua en Las Adjuntas, pero no todos. Yo voy con un tobito a llenarlo por ahí, donde pueda».

Más adelante, cerca del comando de la Guardia Nacional de la zona,  la quebrada se desbordó por las lluvias de septiembre  y tumbó la carretera. TalCual intentó conocer detalles de lo ocurrido en el lugar, pero no hubo respuestas por parte de los funcionarios.

Cinco meses de espera en Los Flores de Catia

Cinco meses han transcurrido desde que al menos 10 inmuebles, entre locales comerciales y viviendas, se desplomaron tras las fuertes lluvias ocurridas el pasado mes de abril.  El hecho ocurrido en la calle adyacente a la Clínica Popular de Catia del sector Los Flores, no dejó víctimas que lamentar. Las familias que vivían allí y que perdieron hogar, permanecen sin respuesta concreta por parte de la Alcaldía de Caracas.

«A los comerciantes el gobierno nos prometió ubicarnos en locales en el mercado,  Plaza Venezuela o  Bellas Artes , pero no pasó y cada quien tuvo que mudarse para un local a pagar alquiler», dijo una de las personas afectadas que pidió permanecer en anonimato. Detalla que la calle que fue cerrada desde que ocurrió el derrumbe, la abrieron hace una semana «y ahí fue cuando agarramos un respiro, porque todos nos la vimos fea estos meses. Pasé de vender casi $600 diario a vender $9 el día más bueno», dijo.

Con relación a las respuesta  por parte de la Alcaldía para los locales y las casas, la fuente indicó que tras meses de reuniones en las que les pedían esperar, «el personal fue cambiado y el caso está engavetado. Ahora nos dicen: estén pasando por aquí a ver si sale algo».  Mientras que a las familias que perdieron su vivienda y que están en casa de familiares y amigos, le indicaron, desde la Alcaldía, que debían ir a un refugio para optar por una casa «más rápido». Aunque muchos prefirieron vivir «arrimaditos» antes que irse a un refugio.

De Viana: «Nadie limpia los drenajes»

«Caracas es de los sitios del país donde hay más larga historia de filtraciones», dice a TalCual el ingeniero civil y expresidente de Hidrocapital José María de Viana. El experto enfatiza en que «nadie limpia los drenajes» y una evidencia de ello es que, por ejemplo, las lagunas que se forman en el distribuidor Altamira, al este de la autopista Francisco Fajardo, tienen data de hace al menos ocho años.

De Viana recuerda que en Caracas, antes de llegada del chavismo se planificaba para enfrentar los fenómenos naturales.

«La mayoría de las precipitaciones en Caracas ocurren entre junio y diciembre. Ahí se concentra casi 80% de las precipitaciones. En la planificación, durante los meses de sequía, hay que preparar la llegada de las lluvias. Estas discurren por drenajes naturales que son las quebradas y también por los conductos que se han construido, son tuberías que llevan el agua desde donde caen hasta el Guaire o sus afluentes», explica.

De Viana, también profesor de Gerencia de Operaciones en la Universidad Metropolitana, desconocen cuál porcentaje del sistema de drenaje está en óptimas condiciones. La falta de información oficial dificulta hacer estimaciones, explica.

Recuerda tormentas severas como la Bret, en 1993, que dejó importantes afectaciones y muertos.

«La ciudad se preparaba para que esos eventos no causaran daños. Si bien hay consecuencias inevitables, en el caso actual hay que decir que los drenajes de las vías principales no están funcionando. Nadie limpia los drenajes», subraya.

Recuerda que en Venezuela había camiones especializados para limpiar los drenajes. «Al día siguiente de haberse generado un gran acontecimiento debe haber gente metiéndose en los tubos de drenaje para hacer un diagnóstico sobre el tipo de mantenimiento que requieren».

Para de Viana el problema más grande no es el que se ve en las avenidas principales (calles anegadas), sino la vulnerabilidad de los sectores populares donde hay construcciones en zonas inestables.

«La Vega, El Valle, Coche, son zonas que fueron verdaderamente afectadas en 1993 y en otras lluvias fuertes. Es necesario, a partir de esto  que el cuerpo de bomberos tenga el equipamiento ideal para afrontar una tormenta fuerte. La gente no habla de qué tan preparados están los funcionarios», sostiene.

Obsolescencia y falta de mantenimiento causan estragos

Víctor Lira, asesor en materia de prevención y seguridad, afirma que el sistema de drenajes fue construido con dimensiones que han sido rebasadas. Además, añade, ahora llueve más.

Lira, exdirector de Protección Civil (PC) Miranda (2008- 2017), explica que tomando en cuenta el índice de los pluviómetros, las lluvias son superiores a las que se producían cuando algunos sistemas de drenaje fueron diseñados.

Recuerda que el mantenimiento es competencia de las alcaldías y que cada principio de año Protección Civil debe enviar a las alcaldías un Plan Integral de Lluvias, que se deriva del diagnóstico que hacen los funcionarios en afluentes fluviales, quebradas y sistema de alcantarillas.

«La primera causa de todas estas complicaciones que se producen por las lluvias es que las alcaldías deben limpiar los sistemas para que el agua fluya, pero la gran mayoría no lo hace. La segunda causa es el factor de falta de conciencia de las comunidades en la disposición adecuada de la basura», comenta.

Víctor Lira destaca que el mantenimiento y construcción de los sistemas de drenajes urbanos son obras de gran magnitud, pues debe haber excavación, inversión en tuberías y máquinas, y las alcaldías actualmente no tienen capacidad para costearlo.

El caos en la ciudad se puede minimizar si las direcciones de obras limpian las alcantarillas, así como con campañas de concientización a la ciudadanía.

«Antiguamente se le hacía mantenimiento a las quebradas y torrenteras. En los últimos años se ha hecho de forma muy tímida. No se le ha dado mantenimiento a todas», afirma.

En 2019, Adolfo Miquilena, miembro del Colegio de Ingeniero de Venezuela (CIV), estimó que 80% de la red de drenajes de Caracas estaba obstruida.


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