En una dolarización sin precedentes, que ya venía dándose lenta pero progresivamente, luego del mega apagón, los puntos de venta dejaron de funcionar.
Los bancos no se comunicaban digitalmente para transferencias tradicionales ni para pago móvil interbancario, los cheques no eran aceptados, las tarjetas de crédito si es que a alguien le quedaba algo igual no pasaban, al principio los comerciantes pedían efectivo en bolívares pero al acabarse la moneda venezolana en las manos de los consumidores, hubo un efecto bola de nieve al llamado de «se aceptan dólares o euros»…
Desde ese momento todo el que tenía algún ahorrito de emergencia «debajo del colchón» o cómo se dice en
Venezuela, «la caleta», empezó a circular el dinero extranjero a todos los niveles.
Desde los grandes supermercados (los que se salvaron de los saqueos), hasta los buhoneros del mercado Las Pulgas, que cómo cosa que dejó de ser rara hace tiempo, resucitaron nuevamente los buhoneros y fueron poblando las aceras de dicho mercado, que fue desalojado hace semanas atrás por el gobierno municipal.
También se pudo conocer que en los supermercados «patrocinados» por la gobernación del Zulia, estaban aceptando dólares en efectivo.
Fue así que pudimos ver imágenes que hasta hace poco eran impensables, un carretillero vendedor de plátanos, pidiendo $2 o alrededor de Bs.S 7000 al cambio (ya no aceptan bolívares es solo una referencia), por 10 plátanos.
Especulación y Usúra:
Al final del día, quién no tenga dólares en efectivo está condenado a pasar hambre, si antes del mega apagón el desabastecimiento era atroz, ahora es atroz al cubo, la situación es altamente complicada y muy crítica para los zulianos.
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