A la denuncia de María Virginia Montiel Rincón, de 20 años, contra el zuliano Lenin Rojas por violación se suma el testimonio de otra mujer, presunta víctima del acoso del locutor de la emisora OK 101.
Lucía Di Vita, a través de un video en su cuenta de Instagram, narra lo que vivió cuando era estudiante. «Es difícil y complicado hablar. De mi experiencia han pasado muchos años, esto ocurriría en el 2007-2008, fue cuando yo comencé la universidad».
Acotó que: «Ha sido difícil aceptar que no fue mi culpa y ha sido difícil entender que yo no me merecía lo que pasó. Yo quedé con un compañero de clases Lenin Rojas, ahora actual locutor en OK 101, de hacer un trabajo de Comunicación Audiovisual, yo estudiaba en la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe), quedamos a comer frente a la universidad, donde habían muchos restaurantes. El me dijo después de comer podemos ir a mi casa, yo vivo al lado de Urbe».
Entre los recuerdos que venían a su mente, afirmó: «Yo no ví ningún problema, ya me había reunido con otros compañeros, yo no había pasado por esto, hasta ese momento. Yo quedo con él, me dice que tiene su escritorio con su ordenador dentro de la habitación, porque vivía con compañeros de piso, no vivía con sus padres».
Agregó: «A lo que me siento en la orilla de la cama, mientras él volvía con la silla del comedor, se me echa encima… se me echa encima un tío de unos 1.80, muy alto ycon mucha fuerza. Yo era una chica mucho más menudita, mido 1,56. Este tío se me echa encima y me comienza a besar, yo me desespero y le digo que ‘va a pensar tu novia de esto’ y el responde que su novia nunca se iba a enterar… forcejea conmigo, me toca, me manosea, mientras que yo le digo que no quiero».
Di Vita recuerda que la colocó de forma horizontal. «Me desabrocha los pantalones, yo intento subirlos, mientras que le decía que no quería eso… no es lo que busco. A lo que ese señor Lenin Rojas me contesta: mientras más me dices que no… Más me excito. Esa frase me ha perseguido por muchos años y me ha hecho vivir con mucho miedo. En ese momento se me vino el mundo encima, me besaba, me restregó todo su miembro en mi cuerpo».
Miedo a ser juzgada
En medio de ese lapso de tiempo, le hice creer que iba a pasar lo que el quería: «Comencé a besarle y a ceder por miedo que me pasase algo más. Haber seguido en ese momento me hizo sentir muy culpable de todo. Me sentí tan culpable y miserable por muchos años, hasta que logré entender que todo lo que había sucedido no era mi culpa».
Afirmó que: «No hubo penetración, porque llegó alguien a la casa… Yo le decía que fuésemos un poco más lento y recuerdo que él se levantó para hacer algo y yo me pude zafar de la situación, yo me fuí de esa casa. Ha sido la experiencia más horrible que he vivido, no quise decírselo a nadie, porque me daba miedo que me juzgaran, me daba miedo tener que aceptar ante la gente que era mi culpa por haber estado allí».
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