Irma del Carmen Tovar y su hijo, Valentino González, murieron el 9-Enero por intoxicación por monóxido de carbono, en una habitación del hotel de calle San Juan, de la Ciudad de Mendoza, Argentina.
Por estas muertes fue imputado Roque Alberto Comisso, el operador del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) a quien señalaron por abandono de persona con incumplimiento de los deberes de uniformado público tras atender el pedido de auxilio de los turistas
El operador no quedó detenido por no tener antecedentes y porque el delito prevé una pena de entre dos y seis años y un año de inhabilitación para ocupar cargos públicos
Se conoció que el operador desestimó el llamado de Valentino González, quien llamó a los servicios de emergencia durante la madrugada para pedir ayuda para su madre y su sobrino de 5 años quienes estaban afectados de salud.
Comisso, sin consultar a un superior, decidió no enviar una ambulancia y en su lugar le pidió al criollo que llevara a su madre al Hospital Central y al menor al hospital pediátrico Notti, sin preguntarle si estaba en condiciones de hacer dichos traslados.
En la tarde de ese mismo día la mujer y su hijo fueron encontrados sin vida, mientras que el niño aún estaba con vida y fue llevado al hospital donde tuvo que ser internado tanto por la intoxicación como por contagio con covid-19, pocos días después fue dado de alta y se fue con su padre, un hermano de Irma.
La Directora del SEC, Inés Valencia, explicó que Comisso tomó la llamada como un código verde cundo en realidad era amarillo y el proceder debía ser diferente, es decir, que el empleado no respetó el manual de procedimientos del sistema.
El fiscal a cargo del caso, Juan Tichelli, consideró que el imputado debió haber profundizado en las preguntas que hizo a Valentino González y consultar con un superior que es médico, o en su defecto explicar el caso a su superior al colgar la llamada y luego devolver la llamada o enviar la ambulancia al lugar.
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