En muchas ocasiones anteriores hemos comentado sobre lo «pesadas» o «innecesarias» que pueden resultar las comparaciones; también en la misma línea añadimos que aunque eso puede ser cierto, igualmente pueden resultar interesantes, además de permitirnos analizar las coas en mayor o una perspectiva específica.
Eso es lo que queremos buscar con la siguiente semblanza entre la versión 2023 de Luis Arráez y la de Andrés Galarraga en 1993.
Previo a la jornada de este martes, la «Regadera» de los Marlins de Miami ha participado en 67 compromisos en los que presenta .400 puntos en promedio de bateo, el mejor de todas las Grandes Ligas, esto como resultado de los 102 imparables conectados en 255 turnos legales.
Ahora bien, cuando el «Gran Gato», nuestro primer champion bate en el máximo nivel de la pelota, acumuló esa misma cantidad de juegos en aquella histórica temporada con los Rockies de Colorado, su average era .394 tras ligar 104 inatrapables en 264 chances válidos; como vemos, números muy similares al de San Felipe.
Para echar gasolina a la candela de la controversia, para quienes argumentan que Arráez está en una mejor situación que Galarraga, esa es una realidad porque en aquel año el de Chapellín terminó con 174 indiscutibles, es decir, cuando 2023 todavía no llega a la mitad el de los peces ya tiene el 58,62% de los imparables conseguidos por su antecesor.
Muy importante es recordar que en aquel certamen, el benjamín de la Señora Juana se perdió 42 juegos de los rocallosos.
La cantidad de conexiones puede ser un indicativo de que Luis Sángel, en el ámbito de venezolanos, está encaminado a lograr el título de bateo con el más alto promedio, logro que precisamente está en manos del «Big Cat» con los .370 de 1993; Magglio Ordóñez tuvo .363 en 2007, Carlos González .336 en 2010, Miguel Cabrera .344, .330, .348 y .338 en 2011, 2012, 2013 y 2015; José Altuve dejó .341 en 2014, .338 en 2016 y .346 en 2017; en 2022 Arráez consiguió .316.
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