“Más allá de la danza nos dedicamos al trabajo integral de ellas como mujeres», reconoce esta profesora sorda que comparte junto a su esposo la alegría de ayudar.
Katherin Restrepo, es una profesora de danza que, a pesar de estar en condición de discapacidad, ha llevado el baile a las niñas y a la comunidad de las faldas de la popa, en Cartagena, como una práctica cultural para su desarrollo integral.
“Nuestro objetivo es rescatar a estas niñas, jóvenes y adultos que están ubicados en estas zonas vulnerables a integrarse en estos procesos de formación para el entretenimiento, el trabajo, la lúdica y así poder generar esos espacios que tengan salida académica”, cuenta.
Junto a su esposo, Henry, la profesora Katherin se reúne tres veces a la semana con más de 50 niñas de varios sectores de Cartagena para enseñarles y mostrarles nuevos caminos.
“Más allá de la danza nos dedicamos al trabajo integral de ellas como mujeres, la forma de expresarse, vestirse, comunicarse. Entonces más allá de esas emociones lo implementamos con la danza”, afirma esta profesora sorda.
Andrea Carolina Gutiérrez es una de esas alumnas beneficiadas; reconoce que “aquí tenemos mucho compañerismo, nos sabemos comunicar entre nosotras y nos respetamos. También hemos aprendido a controlar las burlas, aquí no nos burlamos entre nosotros, al contrario, nos apoyamos en todo”.
Y es que en esta academia no solo el ámbito artístico es el que prevalece, la prioridad para estos maestros es la cotidianidad de sus estudiantes. “Aquí enseñamos el cumplimiento, responsabilidad, compromiso, entrega y todo eso lo hacemos desde la parte cultural”, dice el profe Henry.
Quienes quieran participar en esta corporación lo pueden hacer gratis en la sala de danza del Pie de la Popa.
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