Recluso con esquizofrenia se arrancó los ojos en prisión y el Estado deberá pagar por negligencia

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La familia del recluso demandó al personal de la cárcel por su indiferencia deliberada a las necesidades psiquiátricas del hombre, dejándolo en aislamiento. Había suspendido su tratamiento médico por temor a ser envenenado.

Ryan Partridge, de 37 años, se encontraba cumpliendo su condena en una cárcel de Colorado, en el condado de Boulder, Estados Unidos, luego de agredir a un habitante de calle. Tras un periodo de aislamiento, el recluso, que padece esquizofrenia, sufrió un episodio psicótico donde terminó por arrancarse los globos oculares.

De acuerdo con los medios locales, el hombre creía que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) le había ordenado hacerse daño, así que se automutiló en el año 2016 y quedó ciego en el acto.

Por este motivo, la familia del recluso presentó una demanda federal de derechos civiles contra la cárcel, a cargo en ese entonces del alguacil Joe Pelle, y contra el condado de Boulder, en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Denver, en 2017.

Tras el proceso de investigación y juicio, Partridge llegó a dos acuerdos en el tribunal. Uno fue por un valor de $325.000 dólares debido al uso repetitivo de fuerza excesiva por parte del personal de la cárcel y el otro, por $2,225 millones ante la indiferencia deliberada sobre sus necesidades psiquiátricas.

Según la familia de Partridge, el personal de la prisión sabía claramente que el recluso padecía de una enfermedad mental diagnosticada y decidieron mantenerlo en aislamiento, lo cual fue un factor determinante para las acciones realizadas por el sujeto.

“No me gusta la soledad. No creo que esto hubiera sucedido si no hubiera estado en aislamiento”, aseguró Ryan Partridge frente al tribunal.

Asimismo, se conoció que en diferentes oportunidades el recluso intentó acabar con su vida, saltando desde el segundo piso de la cárcel y golpeándose repetidamente contra un inodoro, lo que hizo que se le rompieran varios dientes.

Por otro lado, Partridge confesó que tenía miedo de ser envenenado por el personal de la prisión, así que rechazó sus medicamentos. “Recuerdo que me preguntaron si quería medicamentos. No sabía para qué y no confiaba en nadie”, sostuvo.

Dentro de la demanda se incluye, entre otros puntos, que el Departamento del Sheriff de Boulder pudo haber buscado una orden de emergencia, obligando al recluso a tomar su medicina psiquiátrica. Sin embargo, el alguacil señaló que el personal de la cárcel no está capacitado para obligar a los presos a tomar sus medicamentos cuando se negaban.

En el documento también se nombraron otras 21 personas, incluyendo a Jeff Goetz, el actual jefe de la división del alguacil.

El alguacil no cree que ninguno de los miembros del personal involucrado en el incidente haya tenido la culpa o haya violado la ley”, afirmó Carrie Haverfield, portavoz de la oficina del alguacil.

“Sin embargo, esperamos que el acuerdo proporcione un cierre para el señor Partridge, su familia y los empleados de la oficina del alguacil que se vieron afectados por los trágicos eventos en los que Partridge se lastimó a sí mismo durante una crisis de salud mental que experimentó en la cárcel”, agregó.


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