Sijín Manizales atrapó a venezolano solicitado en extradición

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10 años huyendo de la justicia estuvo el venezolano José Daniel Quenguan Avendaño, solicitado por las autoridades de su país como posible responsable de asesinar a su pareja, Katherine Blacker Zerpa, en Mérida.

Desde el mismo momento del crimen, ocurrido en la habitación 32 del Hotel Villa Tucaní, en la que estranguló con una sábana a la víctima, se libró orden de captura en su contra por feminicidio, emanada del Tribunal de Primera Instancia Estatal y Municipal en Funciones de Control Nº5, del Circuito Judicial Penal del Estado de Mérida.

«Se presume que está en Colombia. Este hombre es peligroso, presenta un carácter dócil, tranquilo, observador, callado, pero es un asesino«, escribió una familiar de la asesinada en la página de Facebook Justicia para Katherine Blacker Zerpa, creada para pedir acciones contundentes.

Circular

A partir del 2015 se emitió circular roja de Interpol para dar con su paradero. La Sijín de la Policía Metropolitana de Manizales estaba detrás de ese caso, pues se presumía que el señalado andaba por el Eje Cafetero y/o Antioquia. Y así fue. Tras seguimientos conocieron que se escondía en Medellín, hasta donde viajaron hombres de esta seccional caldense y dieron con su paradero.

Al sujeto lo tienen en los calabozos del Comando y se adelantan los trámites para enviarle al vecino país, donde afrontará el proceso por ese delito.

La familia de la mujer se enteró de la captura por Q’HUBO Manizales y se mostró agradecida con la Policía de esta capital por traerles un poco de tranquilidad con esa aprehensión. «Era como una sombra que nos perseguía. La herida empieza a sanar apenas lo extraditen y lo enjuicen», contó una prima hermana de Katherine.

El crimen

A ella, de 26 años, la asesinaron el 13 de octubre del 2013. Vivía en la vereda 1 de Santa Elena de Arenales. Dejó un niño, de 8 años, y una niña, de 4.

El día del suceso, Katherine llegó al hospedaje para verse y reconciliarse con su esposo, ya que llevaban varios días peleados porque él la golpeó y la cortó con un cuchillo.

El sujeto la obligó a entrar a la habitación, para posteriormente asesinarla, porque al parecer no la quería ver con más nadie. El homicida, con 23 años en esa época, aprovechó que ese día en la madrugada se fue la luz en la zona y se voló. Estuvo, dos días después, en el sepelio, la familia de la mujer lo reconoció, pero al abordarlo este sacó un arma de fuego e hizo varios disparos. Escapó en una moto.


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