El día que Fabiola Teresita Parra (36) quería cerrar uno de los últimos ciclos que quedaban abiertos con su expareja, terminó siendo asesinada de múltiples disparos por él.
Luego de matarla, frente al hijo de 18 años que tenían en común, Henry José Briceño (38) también optó por quitarse la vida de un tiro en la cabeza.
A las 2:30 tarde de este lunes 31 de julio, ella llegó al edificio El Rosal de la calle B de la urbanización Guaicay del municipio Baruta, para llevarse sus pertenencias del apartamento que compartieron durante los años de relación.
Briceño, quien era funcionario activo del Servicio de Investigación Penal de la Policía del Estado La Guaira, se negaba a ponerle fin a la relación, y días anteriores amenazó con matarla si no regresaban.
Por esa razón ella lo denunció ante las autoridades, pero hasta ese momento nunca lo detuvieron. Por miedo a que cumpliera con su palabra, ella se fue a vivir, junto a sus hijos de 18 y 12 años, en casa de un familiar en la parroquia El Valle.
Ella pensaba que Briceño no estaba en el apartamento, pues él le había comentado a su hijo de 18 años que tenía pensado viajar a La Guaira.
Por eso ella aprovechó para ir a buscar sus cosas. No obstante, sintió miedo por la amenaza y le pidió a una hermana, a su hijo de 18 años, y a un compañero de trabajo de nombre Franklin Guerrero, que la acompañaran.
Tanto Franklin como el hijo de la víctima y su hermana se quedaron en el carro mientras ella subió al apartamento. Al bajar, Briceño la siguió para evitar que se llevara las cosas.
El crimen
Una vecina del edificio del frente, identificada como Gloria Gómez, vio el momento en el que Fabiola salió del estacionamiento con su carro, de color blanco. A la par, Briceño utilizó la puerta principal del edificio.
El hombre salió y le cerró el paso. Para el momento ya tenía el arma de fuego en la mano, como cuentan los testigos del hecho.
«En un primer momento, él disparó contra el carro, pero no hirió a nadie. Después se acercó y fue cuando le disparó a la señora. Ella gritaba herida de muerte, todos los vecinos escuchamos los gritos», dijo Gloria Gómez.
Luego de eso, Franklin salió del vehículo y corrió desesperado de miedo al ver lo que Briceño hizo con su expareja. El funcionario levantó nuevamente su arma e hirió a ese hombre en un brazo.
«Vimos cuando el hijo salió del carro y le pedía que parara de disparar, que no hiciera más nada. Estaba llorando y en estado de shock», agregó la señora Gómez.
Frente al joven de 18 años, finalmente Briceño se puso la pistola en la cabeza y apretó el gatillo acabando con su vida, dejando a su hijo como espectador de ese fatídico momento, en el que en cuestión de segundos perdió a su madre y a su padre a causa de una obsesión.
La escena dejó atónitos a los vecinos de esa urbanización caracterizada por la tranquilidad y la paz. Gloria Gómez no logra sacar de su mente los gritos del joven luego de ver morir a sus padres.
Al sitio acudieron comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes hicieron el levantamiento de los cadáveres, e iniciaron las averiguaciones respectivas.
Fabiola Teresita Parra trabajaba desde hace año y medio como asistente de la directora de Administración de la Alcaldía de Caracas.
Ella, junto a Briceño y sus dos hijos, tenían ocho años viviendo en la urbanización Guaicay de Baruta. Estaban legalmente casados.
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