El conjunto litoralense cedió por primera vez en la instancia decisiva y le dejo, al menos, otro día de vida a Cardenales de Lara
El conjunto de los Tiburones de La Guaira perdió este sábado 5-6 ante los Cardenales de Lara en un encuentro que se definió por pequeñas cosas, por ende, es importante analizar las claves del revés de esta franquicia la noche de ayer.
Junior, ni cerca de la «Guerra»:
El primer aspecto negativo de los escualos este sábado fue la actuación de Junior Guerra, quien no estuvo ni cerca de estar a la altura de un encuentro de esta índole, tras recibir cinco rayitas provenientes de tres vuelacercas y completar un sólo episodio.
Bates apagados:
A pesar de que conectaron 12 incogibles, solamente dos de ellos fueron extrabases, ambos conectados por Yasiel Puig y los maderos litoralenses fue completamente dominados por el relevo larense. Solamente pudieron fabricarle una carrera limpia al bullpen rival y fue al derecho Rodrigo Benoit, debido a que las dos que anotaron en el sexto, para empatar el choque fueron causadas por una pifia de Rangel Ravelo.
No apareció el poder:
En los encuentros previos, en muchos momentos apremiantes, los bates salados resolvieron con batazos de cuatro esquinas, no obstante, la noche de este sábado no apareció ninguno de ese tipo de conexiones cuando el choque siempre estuvo cerrado y eso podría cambiar la historia.
Víctimas:
Aunque la defensiva de los «Pájaros Rojos» los ayudó a conseguir el empate, también les quitó batazos que pintaban, para ser incogibles, dos de ellos con corredores en base y eso también fue un detonante del resultado.
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