Miguel Cabrera: El inicio del ‘Niño de La Pedrera’

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La saga del maracayero inició hace 25 años cuando firmó por un bono de casi dos millones de dólares

La primera vez que pisó un terreno de juego, a los cuatro años, al niño que bateaba antes de él le dieron un pelotazo. Eso lo guindó a la cerca “y de ahí no lo sacó nadie”. Si, hablamos de Miguel Cabrera, quien se convirtió muchos años después en el beisbolista venezolano más famoso del mundo. Y que hoy en día, está a una semana de retirarse como jugador activo de las Grandes Ligas.

Aquel susto de su primera vez en un parque de pelota duró un año. “Se ponía a llorar, no quería ir a las prácticas; sin embargo, al ver a los niños entrenar, se entusiasmó y volvió al estadio”, relató su madre; Doña Gregoria Torres, quien junto a su padre, Don Miguel Cabrera, fueron pilares fundamentales en su formación como persona y futuro pelotero.

No obstante, ya a los 14 años mostraba potencial por encima de los demás muchachos de su generación. Los scouts estaban detrás de él, entre ellos Miguel Ángel García, que en ese entonces era supervisor de scouts de los Marlins de Florida en Venezuela.

“Fueron dos años de relación con Miguel”, dijo García al periodista Víctor Boccone. Al entonces empleado de la organización floridana lo cautivó; además de sus herramientas, la actitud que irradiaba y que siempre lo ha caracterizado.

Los scouts se pelearon por Miguel Cabrera

“Las cosas se fueron dando poco a poco, pero lo más interesante de todo es que nunca me enseñaron interés por el dinero. Ellos solo querían que Miguel firmara con un equipo que lo hiciese sentir cómodo”, expresó el descubridor de ‘Miggy’.

Hubo mucha competencia por el maracayero, hasta los Medias Rojas de Boston habían mostrado un genuino interés, pero al final se decidió por los Marlins, que desembolsaron $1.8 millones de dólares; el bono más alto en ese entonces para un criollo.

“A los 15 años sacaba la pelota del José Pérez Colmenares. No era que la enviaba a las gradas, no. La sacaba del parque, por donde estaba el samán”, recordó la periodista Hilmar Rojas a Mari Montes.

Y esa facilidad para dar conexiones poderosas, fue lo que llevó al ‘Big Show’ el 20 de junio de 2003, cuando pegó jonrón en el Pro Player Stadium ante los envíos de Al Levine en el 11mo episodio, para que los Marlins dejaran en el terreno a los Devil Rays de Tampa Bay, por marcador de 3-1.

El ‘Niño de La Pedrera’ bateó .286 con 28 vuelacercas y 228 remolcadas en 368 partidos en Ligas Menores. Hizo lo suficiente en esos cuatro años en las sucursales para poder hacer el grado, y llegaría para quedarse. “Sabíamos de su talento excepcional y de lo que podía aportar para la organización, así que decidimos firmarlo”, dijo en ese momento el Gerente General de los Marlins en 2003, Dave Dombrowski, y que luego coincidió con Miguel en sus primeros años en Detroit.

Cabe destacar que en ese primer año en MLB, Miguel Cabrera conectó 12 cuadrangulares, empujó 62 rayitas y dejó promedio de .268, todo eso en apenas 68 cotejos.

Coronó su primer año con un anillo… Y HR a “The Rocket”

Fue quinto en las votaciones al Premio Novato del Año y también recibió votos al MVP de la Liga Nacional. Los Marlins llegaron hasta la Serie Mundial, y en el cuarto juego, sin dejarse intimidar por toda la experiencia, los premios Cy Young, y el uniforme de los Yankees que vestía Roger Clemens, despachó su primer estacazo en el más grande de los escenarios de la pelota profesional, con apenas 20 años.

“Cuando este tipo de cosas suceden es porque el pelotero nació con un ángel especial, nació para triunfar”, fue el comentario de Fernando Álvarez luego del batazo de Cabrera en la transmisión de ESPN en español.

Con 20 años y 187 días, José Miguel Cabrera Torres se convirtió en el segundo bateador más joven en conectar bambinazo en un juego de Clásico de Otoño. Y en esos playoffs impuso un récord de más empujadas para un jugador de primer año en una postemporada (con un total de 12), también estableció marca de cuadrangulares con cuatro.

Así iniciaba, lo que hoy ya es leyenda viva del beisbol… De esta manera; y con un anillo de Serie Mundial, se comenzaba a escribir con letras doradas el legado de Miguel Cabrera, el hijo de Doña Gregoria y Don Miguel, el orgullo de La Pedrera, estado Aragua.


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